La conexión es una parte vital de la felicidad y el bienestar general. Muchos estudios sugieren que las relaciones sociales y la conexión emocional son las mayores contribuciones a una vida feliz y satisfactoria.
La conexión con los demás
nos aporta beneficios tanto físicos como emocionales. Las personas que tienen
conexiones sociales fuertes a menudo viven más tiempo, tienen una salud física
y mental mucho mejor y experimentan menos tasas de ansiedad y depresión que
aquellos que están socialmente aislados.
Sin embargo, la conexión no
solo se trata de las relaciones interpersonales. La conexión con uno mismo
también es importante. LA PRÁCTICA DE LA
ATENCIÓN PLENA y la meditación pueden ayudar a las personas
a conectarse consigo mismas en el momento presente ya sea para aliviar el
estrés, reducir la ansiedad o mejorar el bienestar en general.
También hay implicaciones
profundas en cómo construimos conexiones con nuestros hogares y el medio
ambiente. Estudios han demostrado que aquellas personas que están en contacto
con la naturaleza y pasan tiempo al aire libre tienen una mayor sensación de bienestar
general y, a menudo, experimentan una conexión más fuerte con el planeta de la
que forman parte.
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