A menudo nos enfocamos en las cosas importantes de la vida como los grandes éxitos, los momentos de transformación y las grandes lecciones que aprendemos a través del dolor y la adversidad. Pero a medida que avanzamos en la vida, también aprendemos que las pequeñas cosas pueden ser igual de importantes. De hecho, a menudo son las pequeñas cosas las que nos enseñan las lecciones más grandes.
1. La gratitud: Es fácil dar
por sentado las pequeñas cosas en la vida, como una taza de café caliente en
una fría mañana de invierno o una llamada telefónica de un amigo cercano. Pero
cuando comenzamos a agradecer las pequeñas cosas de la vida, nos damos cuenta
de lo afortunados que somos en realidad. La gratitud nos ayuda a MANTENER
UNA PERSPECTIVA POSITIVA y nos permite encontrar
alegría en las cosas más simples.
2. La paciencia: Cuando se
trata de las pequeñas cosas de la vida, la impaciencia puede ser un obstáculo
para el aprendizaje. Aprender a ser paciente con nosotros mismos y con los
demás nos permite apreciar los momentos más lentos de la vida. La paciencia nos
permite saborear los pequeños momentos que enriquecen nuestra existencia.
3. La honestidad: Las
pequeñas cosas a menudo nos enseñan a ser honestos con nosotros mismos. Cuando
hacemos un esfuerzo consciente para ser honestos, aprendemos sobre nuestras
fortalezas, debilidades y cómo podemos mejorar como personas. La honestidad
también nos permite conectar con nosotros mismos de una manera ESPIRITUAL Y
EMOCIONAL.
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